Cuando la vi a lo lejos, tirando de una sencilla maleta azul celeste, lo comprendí todo:
Dentro traía el universo, los estelares espacios
donde son bellas las leyes más devastadoras, donde todo cambia y permanece eterno, donde nada se puede explicar sin que resulte
absurdo.
Me acerqué a la escalera y creo que nos miramos a la vez.
La ciudad desapareció de pronto, la estación pasó de ser un lugar a ser
un tiempo, el tiempo se internó en una especie de turbión perdido en
sí mismo, la realidad dejó de ser algo externo para convertirse en una
vivencia íntima.
Creo que no olvidaré con facilidad sus palabras:
“cuando salgas de mis brazos, si es que alguna vez lo haces, no sabrás ni quién eres”
Nada sabra cuando salga de tus brazos.
ResponderEliminarUn beso.
Ese es el camino, mi bella María , perderse de tal forma en el exclusivo firmamento de los amantes . La única certeza es la de vivir el instante con todos nuestros sentidos , lejos de todo y de todos
EliminarMi beso para tu mañana linda
Porque en el recogimiento de un abrazo se pierde toda noción y lo de después es relativo.
ResponderEliminarMuy bonito, Marco y gracias por tu huella en mi blog.
Mil besitos.
Muy bonita tu reflexión Auroratris
EliminarMil besitos de vuelta guapa
Hay personas que pasan por nuestras vidas, y nos cambian, ya no somos los mismos, algo se va con ellas y algo de ellas se queda con nosotros para siempre ... así es la vida y el amor, dure lo que dure siempre nos marca en mayor o menos medida
ResponderEliminarpd/ gracias por tus huellas en mi blog,
no, es verdad, no volvemos a ser los mismos.
EliminarBesos linda